Mi bolsillo extraña tus llaves.
Pero no es solo el, mas bien son mis llaves, ellas también están tristes, ya se enteraron.
Creo que mis llaves y las tuyas tuvieron su cuento, quien sabe que cochinadas no hacían en mi bolsillo, siempre que las sacaba las dos estaban enredadas.
Si. mis llaves extrañan a las tuyas ellas tan iguales y al mismo tiempo diferentes, las dos duras de hierro ni llaveros tienen; Pero tu llave solo abría tu puerta y la mía también tenía su cerradura.
Aun así tus llaves abrieron su puerta a mis llaves, y se que muchas veces quisieron salir de mi bolsillo y quedarse en el guindarejo de tus llaves para hacerle compañía. Creo que también mis llaves nunca quisieron abrirle la puerta de mi casa a las tuyas, tu ya la conociste no te gusto, a mis llaves tampoco, ellas eran felices en el mundo de tus llaves, y al parecer querían quedarse allí, pero no aprendió a abrir las llaves de tu casa eso seria muy difícil, sin embargo ellas guardan la esperanza, que algún día tus llaves nos dejen volver a entrar en tu casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario